Es más fácil tener sexo con un hombre que con una mujer. Esa fue la primera enseñanza que tuve de mi segunda aventura dentro de las apps de citas. (Aunque yo no me puedo quejar de mi experiencia con las féminas, más allá de mi bajo rendimiento). Lo segundo que descubrí es que un punto muy importante de los ligues entre parejas con el cromosoma XY, está en la pregunta: cuál es tu rol. La verdad es que no tenía ni idea. No entendía de lo que me estaban hablando.
“¿Pass o Act?”
Rápido noté que también hay cierto grado de violencia entre los cortejos masculinos en las salas virtuales de Tinder o Happn. (Si es que a aquello se le puede llamar ‘cortejos’). Prácticamente no hay filtros. Si bien las damas (algunas, no todas) parecen estar buscando al amor de sus vidas en el ciberespacio, los caballeros solo quieren follar. A las primeras.
No hay saludos. Se prescinde de las formalidades. En el 95% de las interacciones, (quizá me estoy quedando corto), ‘cuál es tu rol’ y ‘cuándo follamos’ sustituyen a los típicos ‘hola’ y ‘cómo estás».
Yo, en medio de mi más ridícula novatada. No estaba para nada seguro de qué iba a encontrar al ‘buscar hombres’ dentro de una app de citas, no sabía qué responder. Como la pregunta se repetía una y otra vez, opté por el viejo truco de responder con otra interrogante: “¿a qué te refieres?”
Ante esto, algunos se reían. Otros simplemente perdían el interés en mí. Hubo el que se sintió ofendido. “¡Tú ni siquiera eres gay!” Uno de los que parecía estar más genuinamente interesado en conocerme, (diríase más bien, en cogerme), me identificó fácilmente: “¿eres periodista?” Ante mi respuesta afirmativa, prosiguió él con su cuestionario: “Tu interés, ¿es puramente profesional o estás en una de autodescubrimiento?”. Como me tomé unos segundos para procesar lo que iba a decir, añadió: “interpreto tu silencio…”
¿Cuándo nos vemos?
Por supuesto, mi nuevo crush también era periodista. Su interés no tenía nada de profesional. Su única intención – y sin disimulo me lo hizo saber – era follarme. O que fuese yo quien le diera “duro por el culo”. Le daba igual. “Soy versátil”, admitió. “Disfruto dando y recibiendo”.
Allí fue cuando finalmente entendí a qué se referían con aquello de “¿cuál es tu rol?” “¿Pass o Act?” Es decir: pasivo o activo. A pesar de mi clarividencia repentina, seguía sin saber qué responder. ¿Quería ‘darle duro’ por el culo a un hombre? ¿Cómo sería ser penetrado? Finalmente, lo único que se me ocurrió decir fue: “creo que también son versátil”.
“Vamos a descubrir cuál es tu rol”
No sé si lo recuerdan, pero ya les había dicho que tenía una habitación rentada hasta la mañana siguiente. Mi round de sexo con la abogada (que perdí por nocaut apenas sonó la campana), había durado menos de una hora. Incluyendo el tiempo que a mi equipo le tomó recargar energías.
Por otra parte, en dos días que tenía lejos de casa, mi novia solo se había molestado en enviar un único mensaje: “aterrizamos, estamos bien”. Del resto, no sabía más nada de sus aventuras caribeñas en Playa Del Carmen.
Mi crush, mi colega, también trabajaba en un diario y al igual que yo, le tocó laborar en Semana Santa. Aunque aquel día ya yo no tenía más nada por hacer y él debía ir a cubrir un evento hasta entrada la noche.
“¿Cuál es tu rol?” Estaba por descubrirlo. Se los cuento después…
Casi todos los que somos bisexuales mantenemos muchas mas relaciones sexuales con hombres que con mujeres por la facilidad.