Mi nombre es Alexander y tengo 35 años. Desde que era niño, siempre me apasionó mucho el viajar. Es más, provengo de una familia bien situada económicamente y mis padres, por trabajo, casi siempre estaban de viaje por todo el mundo. Y como no podía ser menos, yo seguí la «saga familiar». Cuando tuve la edad suficiente y los estudios, asumí la dirección de a empresa de mi familia. Y ahora era a mi al que le tocaba viajar.
A mi padre, siempre le había gustado organizar fiestas privadas. En las cuales, sólo podían asistir público del más alto nivel. Con lo típico, personal de seguridad en la puerta, lista de invitados, etc.
Es por ello, que las personalidades de más alto standing masculino de Berlín, acudían a la fiesta que organizaba mi padre. Nada más y nada menos que fiestas con escorts de lujo.
La primera vez que acudí a una de las fiestas de mi padre
Uno de los amigos de mi padre, cuando la fiesta alcanzaba su punto más álgido, realizaba una llamada de teléfono. En cuestión de unos veinte minutos aparecieron varias limusinas. De las cuales, bajaron unas preciosas chicas. Todas ellas contaban con un cuerpo espectacular. Prácticamente sacadas de una agencia de modelos. Todas y cada una de ellas, ya sabían lo que tenían que hacer. No en vano eran perfectas escorts de lujo. Pero, para mí, era la primera vez. Y más con lo vicioso que siempre he sido estaba en mi salsa. Es por ello que los amigos de mi padre me desvelaron su secreto.
La guinda del pastel en sus fiestas, eran escorts de lujo. Al más puro estilo alemán.
No eran las típicas chicas que puedes encontrar en cualquier bar de carretera, no. Eran una chicas finas, con un nivel cultural y presencial, como nunca había imaginado. La chica que se me acercó, por orden del amigo de mi padre, se llamaba Lara. Se presentó educadamente y mantuvimos una conversación de lo más agradable. Hasta que la cosa, fue subiendo de tono y nos fuimos a mi propia habitación. Recuerdo que fue una noche para no olvidar.
Ahora me tocaba a mi recoger el testigo
En uno de mis muchos viajes, me tocó ir a la capital de España, Madrid. Y como no podía ser menos, el trabajo era lo principal.
Pero como me habían acostumbrado a lo bueno, siempre que podía me quitaba el estrés con compañía de alto nivel. Como no podía ser de otra manera, la compañía tenía que ser de lujo. Sólo había estado en Madrid de pequeño. Casi no lo conocía. En cambio, los buenos amigos de mi padre sí que la conocían. Y ellos fueron los que me recomendaron la mejor agencia de acompañantes. Las mejores escorts de lujo de Madrid. Pero vamos a ponernos en órbita.
Esta agencia de escorts de lujo de Madrid, me la recomendaron los grandes magnates alemanes. Me pasaron la dirección de su página web y contacté con ellas. Desde el minuto uno, el trato fue sublime. Me ofrecieron su amplio abanico de chicas de compañía. Y en cuanto la vi, me cautivó.
Eva, la escort de lujo más impresionante
A medida que me iban informando de todas las opciones con las que podía contar, más me excitaba. Sabía que las chicas eran 100% reales, perfectas señoritas de compañía, solo podía pensar en Eva, una chica como nunca había visto jamás. Una larga melena de ébano cubría parte de su espalda.
Una cara con unos rasgos que rozaban la perfección. Ninguna escort de lujo estaba a la altura de Eva. Y de eso yo sabía bastante. Mi padre se encargó de ello. La chica que me atendió por teléfono, me fue ofreciendo todos los servicios con los que contaban.
Pero por mucho que me ofreciera, Eva era Eva. Es por ello, que por más que me ofreciera los servicios de otras escorts, siempre mi cabeza localizaba a Eva.
Por supuesto y como no podía ser menos, ella fue la elegida.
Mandé a mi chófer a recogerla en la dirección que me habían proporcionado. Este la trajo a mi hotel en el mismísimo centro de Madrid. Indiqué a mi chófer que la acompañara al bar de hotel, que allí la estaría esperando para cenar.
De la cena al postre más suculento
En cuanto la vía aparecer por la puerta del local, no lo podía creer. Era ella, Eva, la chica de la foto que me había encandilado. Sus modales y educación eran dignas de admirar. Se notaba su alto nivel de cultura, estudios y educación.
Apareció sobre unos tacones que rozaban el vértigo. Contaba con unas piernas, larguísimas que ni el mejor marmolista de la antigua Grecia haya esculpido.
Llevaba un vestido ajustado, que realzaba su perfecta figura femenina. Derrochando el cien por cien de sensualidad y saber estar. Por fin, se presentó y yo como todo un caballero la invité a sentarse a cenar conmigo.
Estuvimos cenando y charlando durante largo rato. Conversaciones de lo más interesantes.Yo no hacía otra cosa que imaginármela totalmente desnuda para mí. Y eso me excitaba aún más. Ella, como no podía ser menos, se daba cuenta y sonreía muy sutilmente.
Mi erección casi no podía ocultarse. Es más, tuve que intentar disimularla bajo la servilleta. No quería seguir cenando, solo quería poseerla, que fuese mía.
Una verdadera caja de sorpresas
Por fin terminamos de cenar y ella propuso tomarnos una copa. Dicho y hecho. Nos dirigimos a mi habitación. De camino al ascensor, yo me retrasé para poder verla desde atrás. Ya que no podía dejar de mirarla. Que cuerpo, que piernas, que TODO.
En cuanto llegamos a la habitación y nos servimos la copa, Eva tomó el control. Empezó suavemente con un masaje erótico, que puso en ebullición hasta el último rincón de mi cuerpo. Me fue desnudando poco a poco, como el ejemplo de las verdaderas y sensuales escorts Madrid más sexys y excitantes que jamás haya conocido.
Una vez que me tuvo desnudo, me indicó que era su turno. Con una sensualidad y excitación, se fue desprendiendo de todas y cada una de sus prendas. Sin prisa alguna. Con cada prenda que se quitaba, más ardiente me ponía yo. Mi excitación, iba cada vez en aumento.
En consecuencia, Eva más despacio lo realizaba, hasta que por fin, la pude contemplar desnuda en todo su esplendor. Una mujer como nunca antes había imaginado.
Nunca imaginé que la mujer de mis sueños sería una escort de lujo
Pasamos una noche como nunca había soñado jamás. Y mira que con escorts de lujo tengo una basta experiencia. Pero todo tiene un fin. Aquella noche en Madrid nunca la podré olvidar. Quedé prendado de Eva en todo su esplendor. Es una sensación que nunca antes había tenido. Pero el viaje tenía que continuar.
Mi viaje no sólo era una ciudad, también incluía Madrid, Barcelona y Valencia. Continuando con el viaje, quise permitirme un capricho de los lujos de Barcelona. Busqué, como siempre escorts de lujo, pero no llegaba ese punto tan álgido como ocurrió en Madrid. Ninguna escort me convencía. No había alguna como las escorts Madrid. Es allí dónde se encontraba Eva. Creo que me había enamorado. Pero había que ser realista. Ella era una escort y yo un cliente. Nada más.
Y tuve que regresar a Berlín….
CONTINUARÁ.
Perla Ibiza dice
Sin duda Madrid tiene la mejor selección de escorts de Europa y sus precios son muy competitivos. AUnque en verano todas se vienen a trabajar a Ibiza. Un artículo muy interesante.
Susana Valencia dice
Antes de llegar a Valencia estuve trabajando como chica de compañía en Madrid y tengo muy buenos recuerdos de esa época. Muy buenas amistades tanto de otras chicas como por parte de algunos clientes. Saludos