“Ser o no ser: he ahí la cuestión”. La idea de sexo entre hombres heterosexuales que no se definen así mismos como homosexuales, recuerda de manera inmediata la célebre frase que William Shakespeare puso en labios de su atormentado personaje principal, en el soliloquio introductorio de Hamlet, el príncipe de Dinamarca.
Quienes forman parte de la comunidad Bud Sex (sexo entre colegas) no parecen tener esta clase de conflictos. Lo mismo que aquellos caballeros con esposa e hijos, que se identifican como heterosexuales y que han llegado a sentir deseo sexual hacia algún congénere. Incluso, aplica para aquellos que han consumado un acto sexual esporádico con personas de su mismo sexo.
Orientación y prácticas sexuales: no es lo mismo
La sexualidad humana, más que un campo de estudio, es una obsesión para la mayoría de los hombres y mujeres que poblamos el planeta. En menor o mayor medida, vivimos por y para el sexo. Durante los últimos años, de forma más o menos confusa y hasta desordenada, el mundo ha contemplado una especie de revolución sexual. Lo que ha permitido que algunas prácticas que permanecían censuradas ahora sean percibidas de manera más natural.
Tampoco nos hagamos demasiadas ilusiones. En más ocasiones de las que estamos dispuestos a admitir, el sexo sigue siendo tabú. Lo mismo que, de acuerdo al círculo social que se frecuente, la orientación sexual o las prácticas sexuales que mantienen algunas personas condicionan su relación con el entorno.
De inicio se debe aclarar es que la orientación sexual es un concepto que no necesariamente va emparentado (al menos no de manera absoluta) con las prácticas sexuales. El primero responde un conjunto de categorías rígidas y excluyentes entre sí. Se trata de una serie de constructos sociales que aplican para identificar a un grupo de personas.
En todos los casos, y de manera completamente arbitraria, los individuos tenemos que inscribirnos en alguna de las tres categorías básicas. heterosexual, homosexual o bisexual. Por supuesto que con la revolución del sexo que mencionamos someramente más arriba, esta categorización hoy en día es más amplia. Pero eso es tema para otro artículo.
Sexo, ¿con quién?
Entonces, el sexo entre hombres heterosexuales es perfectamente posible. Se trata de individuos que están felices con su categoría social, pero que por alguna razón, llegan a experimentar en encuentros sexuales que de forma ligera, pudiesen catalogarse como homosexuales.
Últimamente también han estado en boga otras categorías similares. Casos como heteroflexible o heterocurioso. En esencia, se trata más o menos de lo mismo. Varones perfectamente straight, con ‘mente abierta’ para experimentar con otros varones.
Sexo entre hombres heterosexuales: ¿mucho ruido y pocas nueces?
En fin, “cada quien puede hacer con su culo un florero”. Lejos de la elegancia que rebosa en los textos del inmortal dramaturgo británico del que hemos hecho mención dos veces en estas líneas, la sabiduría popular pone punto y final a este tipo de discusiones con frases contundentes.
Al mismo tiempo, psicólogos y sexólogos afirman que respecto a este tema, no es mucho lo que es necesario agregar. Después de todo, se trata de prácticas milenarias. Desde la antigua Roma ha sido frecuente que muchos hombres felizmente casados tengan amantes masculinos. Por lo que aquellos que en el siglo XXI lanzan sus canas al aire ‘entre caballeros’ no están descubriendo el agua tibia.
De igual forma, los especialistas están de acuerdo que si para los implicados estas costumbres no representan ningún problema, ellos no tienen nada que decir. Para muchos de los que evalúan estas prácticas desde afuera, quienes participan de sexo entre hombres heterosexuales deben tener algún conflicto de identidad. Incuso, los más dramáticos (o quienes tienen más prejuicios) consideran que estos personajes deben estar al borde del suicidio.
Pero si algo ha quedado claro, es que no todos somos iguales. Y volviendo a la sabiduría popular, cada quien puede hacer lo que le venga en gana (con su culo y con su pene). Siempre actuando con responsabilidad. ¿Sexo con quién sea? ¿Por qué no?
Deja una respuesta