La verdad es muy curioso el origen de los vibradores. Si nos detenemos a investigar un poco, entenderíamos que en esa época donde existían tantas restricciones morales. Donde incluso parejas de casados no se veían desnudos porque eso era casi que un pecado mortal, las mujeres podían caer en crisis.
Es por ello que podemos entender porqué algunas mujeres se encontraban insatisfechas, deprimidas o malhumoradas. A mediados del siglo XIX muchas sufrían de lo que en ese momento se conocía como histeria femenina.
Por lo que el médico británico J.M Granville inventó como tratamiento terapéutico lo que hoy en día conseguimos en cualquier Sex shop como vibradores. Alivia un malestar y de pasó los médicos descansaban las manos agotados por el esfuerzo físico.
No podemos dejar de lado que previo a este gran descubrimiento, el tratamiento médico en los consultorios era manual. Los ginecólogos acariciaban a las pacientes hasta que llegaban al orgasmo. Esto se consideraba como una medida médica para evitar que las pacientes cayeran en el paroxismo histérico. Donde el deseo sexual femenino era considerado una enfermedad.
Innovación tecnológica más inventiva privada
Pasado algún tiempo y viendo la oportunidad de negocio por el potencial de este novedoso invento, la empresa Hamilton Beach comenzó hacia 1902 a producir los vibradores más pequeños de uso casero. Además de evitar las vergonzosas visitas al médico, también le permitía a las mujeres en la privacidad del hogar disfrutar de la auto-satisfacción.
Empezó a comercializarse a tal nivel, que incluso se le hacía publicidad en periódicos y revistas de toda Europa y Estados Unidos. Se crearon campañas para atraer a las potenciales compradoras como: La vibración es la vida. Sin dejar de lado que muchas de las campañas iban dirigidas a las mujeres para acabar con la llamada ‘enfermedad’. Tú mujer tienes derecho a no estar enferma.
Algunos modelos se vendían con un recargo que lo hacia funcionar como una batidora. Supuestamente para que una mujer estuviese relajada y contenta, debía tener un vibrador en casa. Comentario a parte pienso que aún debería ser así.
Además, que aunque parezca insólito, los vibradores llegaron a los hogares antes que otros aparatos ¿Vieron la importancia? Por ejemplo: la plancha. Tan vital hoy en día, hizo su aparición diez años después. Lo mismo que la aspiradora.
Curiosidades de los vibradores
En aquella época donde los vibradores estaban en boga, era tal la variedad que existían todo tipo de modelos. A gas, con baterías y algunos con pedales. Los aparatos tenían velocidades de hasta 7000 pulsaciones por minuto.
Con el vibrador se suponía que no había acercamiento con el interior de la vagina. Entonces se consideraba que no había ningún contacto sexual y por tanto no existía ningún tipo de tabú. Se podían encontrar en catálogos y revistas de costura y moda.
Pero lo más trágico para esta industria que iba creciendo como instrumento de terapia, fue cuando en 1920 comenzaron a aparecer en las películas pornográficas. Así fueron perdiendo credibilidad y certificación médica.
Y de paso la Asociación Americana de Psiquiatría en 1952 declaró que la histeria femenina no era ninguna enfermedad, sino un mito. Por tanto, los vibradores comenzaron a desaparecer de los mostradores de las tiendas, de las revistas y catálogos. Se convirtieron en tabú porque pasaron a ser juguetes sexuales.
En la actualidad juguetes versus alternativas para discapacidades.
A mediados de los años 70 se comenzaron a utilizar como alternativa para una sana relación sexual en pareja. Incluso algunos sexólogos empleaban los vibradores en sus talleres sexuales. Demostrando que los vibradores no tienen ningún efecto negativo.
En el caso de personas que se encontrarán con una movilidad reducida debido a alguna fractura en la columna. Lo mismo que con parálisis de la cintura para abajo, ya sea por enfermedad o accidente, los ayudaban a recobrar una vida sexual activa y satisfactoria. Donde en conjunto con sus parejas podían ir rescatando su intimidad.
Hoy en día hay tantos modelos. Van desde huevos que son como pequeñas esferas que se introducen en la vagina y vibran, hasta en forma de labial. Están los anillos vibradores que se colocan en el pene erecto, los inteligentes que se conectan por bluetooth, otros con forma de pene. También los hay para hombres. Es tan amplia la gama que hay para todos los gustos y colores.
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