Algunos dirán que la práctica yoga al desnudo se ha vuelto una moda estos últimos años por estar en boga todo lo relacionado a la conexión espiritual. Pero para mi es algo así como una comunicación fluida entre mi zonas íntimas y yo.
Si bien es cierto, que es una disciplina bastante compleja e interesante, también es importante destacar que su práctica te permite conectar con tu yo interno, dejar ir las energías negativas y ser más receptivo. Pero sobre todo, liberar la tensión de tu coño. (En pocas palabras).
En la actualidad se conoce como el naked yoga. Quizás piensen en un nombre místico pero no. Obedece a que en el 2014 en un pequeño estudio llamado Bold & Naked, en Nueva York, Joschi Schwarz y Monika Werner lo pusieron de moda. Justo en una época de un ‘seudo’ derrape sexual.
Conectar con tu interior libera todo lo negativo
En 1975 realizaron un corto documental titulado Naked Yoga, que estuvo nominado a los Oscar. Pero la verdad no fue sino hasta hace unos pocos años, cuando empezó el “boom”. O mejor dicho, el despertar por la consciencia del ser integral.
Yoga al desnudo busca liberar lo negativo que nos rodea entrando en sintonía con el cuerpo. La desnudez, nos permite dejar libres millones de capas de prejuicios que no hacen más que apresar nuestra esencia. Sin capas la energía fluye con libertad y la vagina deja de picar por falta de uso.
Ojo, no es que la yoga al desnudo sea sinónimo de sexo. Pero obvio que si tú te identificas y te quieres tal como eres, proyectarás un sex-appeal único que atraerá el rico sexo que quieres en tu vida. Al sacarse los límites que nos dan la ropa, por muy cómoda que sea, casi que cantamos libre soy, pero con nuestros genitales.
¡Para qué las limitaciones, desnudos somos iguales!
Siempre que nuestra energía fluye a canales llenos en alineación perfecta con nuestro cuerpo energético, durante la práctica del Yoga al desnudo, es imposible evitar que la energía sexual también circule a raudales.
Es decir, no se puede evitar activar el deseo. Hasta quizás la excitación. Ahí donde vienen pequeños accidentes como erecciones involuntarias o sudoraciones excesivas.
Ahora bien, es normal que reacciones ante algunos estímulos o sensaciones, es más diría yo que está totalmente permitido. Claro, siempre y cuando se entiendan como lo que son: reacciones naturales.
Esta disciplina no está hecha para buscar parejas, fantasear con compañeras (os) de clases, ni nada parecido. Pero si usted ve un ‘galanazo’, y lo que ve le gusta pues, como es natural, puede darse el caso de ‘atracciones fatales’.
Hablando en serio, el Naked Yoga no debe menospreciarse. Debe entenderse desde la sintonía energética, también la sexual.
Fuera de clases, cada quien es libre de aplicar la técnica como quiera. Y como les dije, incluso un affaire o una pasión. Pero en las sesiones debe existir el respeto. Incluso debe firmarse un compromiso con total seriedad.
Algunos dicen que el Yoga al desnudo es sinónimo de Sexo
Ya aquí para finalizar esta pequeña polémica. Porque estemos claros, que los seres humanos sí que somos complicados. Y dependiendo de la cultura donde nos criemos, todavía más. Es increíble la cantidad de limitaciones que somos capaces de ponernos. Tan rico que es follar con quien provoque y punto.
Somos capaces de ponernos unas barreras mentales infames, solo por ‘falsos moralismos’. Hay que dejar en claro que muchos, por no decir que muchísimos adoran hacer yoga, porque es una forma de escape, de relajación y de distanciamiento del quehacer diario. Pero otros tantos, en especial, si es yoga al desnudo empiezan, con los tabúes mentales.
¿Qué buscamos al hacer yoga? ¿cual es el trasfondo de esta práctica milenaria? Al quitarnos la ropa, eliminamos barreras, miedos, ideas preconcebidas que tenemos de las máscaras que la sociedad nos impone.
Sin embargo, ¿de verdad nos ayuda al sexo? Nos ayuda a mejorar nuestra imagen corporal. Por ende, a las relaciones personales y por supuesto que en nuestra vida sexual. Porque al percibirnos sin barreras, sin restricciones, aceptando nuestro cuerpo tal y como es, nos abrimos a las relaciones con nuestro entorno y nuestras parejas desde la armonía de la aceptación de quienes somos.
Sin esas complicaciones, que si eres gorda, que si no tienes tetas, que si las caderas son estrechas, las nalgas me cuelgan…. Todas esas estupideces de las cuales a veces se rodea el ser humano, olvidando que nadie es perfecto pero que en la variedad está el gusto.
Yo particularmente, no sé si será sinónimo de buen sexo. Lo que sí estoy segura, es que al menos como buena ‘bochinchera’, pasaré un rato entretenido relajada viendo el paisaje, especialmente de los caballeros. Porque eso de ver tetas colgando no me llama, pero de ver una paloma libre, dependiendo del envase, siempre me causa curiosidad.
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